A fin de tener una instalación de agua potable fiable, fácil de usar y mantener, la presión del agua debe ser la adecuada. En términos de presión del suministro de agua, las compañías distribuidoras de agua establecen una presión en función de las necesidades de los edificios típicos de la zona y de la topografía.
Esto significa que las presiones en la red de abastecimiento pueden llegar hasta 10 bar, incluso más en casos excepcionales. Una presión de agua excesiva puede causar daños a la instalación interior y también es la causa del "ruido" de las instalaciones y de su funcionamiento ineficiente. El confort del usuario también se ve afectado por los continuos cambios de presión.